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El apoyo, la solidaridad, la cooperación y la sensibilidad, son algunas de las competencias inherentes al trabajador social, quien a su vez, debe ser un profesional dedicado y preocupado por el bienestar económico y social de una persona o un grupo de personas que son excluidas, o que no tienen ingresos salariales que les proporcionen seguridad y condiciones de vida estable. En ese sentido, aquí te explicamos cuáles son las habilidades para el trabajo social.
Es una profesión en la que se generan políticas o estrategias de ayudas y solidaridad con las personas o familias que necesitan de un aporte ya sea económico, de salud o atención de un trabajador social, que le brinde asesoría en cuanto mejoras para sus condiciones de vida, trabajo, formación, apoyo para la restauración o adquisición de vivienda, entre otras.
Para ello, inicialmente, se realiza una visita en la cual se lleva a cabo una entrevista que permita diagnosticar el tipo de servicio que requiere el afectado.
En muchos casos los individuos que necesitan de la atención social, son desempleados, están desatendidos, son personas que han sufrido violencia doméstica o personas con discapacidad.
Las habilidades para el trabajo social, son específicas de este tipo de actividades y, por consiguiente, el profesional en este ámbito, debe ser una persona con capacidades para enfrentar situaciones muy precarias.
Como en muchas profesiones, las habilidades blandas asociadas al trabajo social, son importantes para poder llevar a cabo las diferentes funciones de manera efectiva. Sin embargo, los expertos que trabajan con personas en estado de vulnerabilidad, deben capacitarse para desarrollar otras actitudes específicas de esta labor.
A continuación mencionamos algunas de las habilidades para el trabajo social:
Estas actitudes están sujetas a las emociones, sentimientos y empatía. En otras palabras, son las competencias que permiten establecer relaciones interpersonales de forma inteligente, entendiendo y controlando todo lo que una persona siente a partir de las dinámicas que se le presenta.
Esta regulación de las emociones, también permite a los individuos reconocerse y aceptarse. Por ende, saber cuál debe ser su forma de actuar ante cualquier situación e igualmente, reconocer y aceptar a otros en esa situación, generando ambientes positivos en su ámbito laboral.
Algunos de las habilidades socioemocionales que podemos destacar son:
Este tipo de competencias pueden considerarse competencias blandas, ya que el punto de partida es la afectividad y la empatía. Por lo tanto, tenemos que la habilidad de la conciencia social es la capacidad que tiene el trabajador social de identificar los sentimientos y emociones que afectan a otras personas, y cómo puede reaccionar ante eso.
En ese orden de ideas, los profesionales que brindan atención a personas vulnerables, saben reconocer la diversidad de pensamientos y maneras de accionar ante las distintas circunstancias. Y partiendo de ese punto, comprenden cómo está conformada la sociedad.
Es la capacidad de reponerse luego de un evento que ocasiona estrés emocional. En ese sentido, el trabajador social, pese a las situaciones que enfrenta diariamente, es capaz de controlar sus emociones y continuar con su labor social.
Es una de las habilidades para el trabajo social que requiere de paciencia y entrenamiento, debido a que pueden ser muchos los casos en los que recurrentemente el trabajador social debe insistir para lograr una meta con personas que dependen de algunas sustancias nocivas para la salud.
Es una de las habilidades interpersonales que deben desarrollar este tipo de profesionales, ya que la capacidad de escuchar y dialogar con personas que viven situaciones de gran vulnerabilidad, puede ayudar en la comprensión y por supuesto, asesoría social.
Para poder cumplir con sus metas las personas que atienden a otros individuos en situaciones extremas deben tener las habilidades para el trabajo social que mencionamos anteriormente. Una vez aptos para este tipo de labores pueden ejercer y realizar las siguientes actividades:
Este es uno de los empleos que parece ser fácil, pero en realidad es más complicado de lo que parece, ya que hace falta mucha sensibilidad para ejercer esta profesión, además, de empatía, responsabilidad, tolerancia y respeto por las personas que padecen en contextos muy delicados.
En consecuencia, las habilidades para el trabajo social como las soft skill son efectivas al momento de aplicar tus conocimientos en el campo laboral. Así que para que tu currículum tenga los datos suficientes recuerda fortalecer las competencias personales, las habilidades gerenciales que son muy valoradas en este tipo de empleos.
Veamos, dónde puedes desempeñar tu labor como trabajador social:
Un trabajador social no solo interactúa con otras personas, también puede ayudar o buscar las formas de que estas personas encuentren solución a sus problemas.
En ese sentido, un profesional con habilidades para el trabajo social, puede obtener grandes beneficios como sentirse satisfecho al dar apoyo a otras personas, conocer nuevas culturas, tradiciones y costumbres, lo que amplía sus conocimientos generales, pero, además, este trabajo, fortalece las habilidades personales de cualquier profesional.
Para llegar a ser un excelente trabajador social te recomendamos hacer los siguientes estudios profesionales o universitarios:
O especializarte con un máster en:
Además, te recomendamos realizar cursos que puedan formarte en ámbitos específicos de esta profesión y donde puedas ampliar tus conocimientos y fortalecer tus habilidades para el trabajo social.
En Euroinnova tenemos los siguientes cursos relacionados a la ampliación de saberes y competencias profesionales en esta área:
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