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Trabajando para conseguir la igualdad real
Cádiz es estos días la capital europea de la igualdad de género. La II Cumbre Europea de Mujeres en el Poder, que se celebró el pasado día 3 de febrero en la capital, y el Foro Beijing+15 que se desarrolla los días 4 y 5, han reunido en la ciudad a más de veinte ministras europeas de Igualdad y otras carteras, así como a otros altos representantes de diferentes países para debatir acerca de los progresos y los retos en esa materia. Para Cádiz, la celebración de esta cumbre, que coincide con la presidencia española de la UE, supone una prueba importante de cara a la preparación de la ciudad para los acontecimientos que albergará durante el Bicentenario de la Constitución de 1812. La organización de un evento de estas características, con unas medidas de seguridad muy altas, está demostrando que Cádiz puede acoger con garantías este tipo de reuniones de altos mandatarios, aunque la ciudad trabaja por mejorar las infraestructuras de cara al 2012.
El primer resultado de este encuentro ha sido la firma de la denominada Declaración de Cádiz sobre igualdad de género por parte de las ministras de la UE, que han puesto de manifiesto en 27 artículos su intención de trabajar para conseguir la "igualdad real", y no sólo de derecho, entre hombres y mujeres.
Esta declaración, segunda que se realiza en Europa tras la de 1992 en Atenas, comienza denunciando que la participación de las mujeres en los máximos niveles de responsabilidad continúa siendo muy baja en muchos campos, pero especialmente en el económico, el financiero y el político. El compromiso que adquieren las firmantes implica a los estados miembros de la UE a intensificar sus esfuerzos para superar los obstáculos que dificultan esa "igualdad real", por lo que cabe esperar que tras la declaración gaditana se adopten medidas específicas en esa dirección en todo el continente.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, denunciaron en la reunión que hay fuertes resistencias para que las mujeres ocupen puestos de responsabilidad. Por término medio, sólo el 25% de los parlamentarios nacionales europeos son mujeres y sólo siete países de los 27 superan el 30% de diputadas.
Las cuestiones económicas centraron buena parte de las intervenciones de las participantes, que quisieron demostrar con datos, que la igualdad no es sólo una cuestión de justicia social, sino de rentabilidad económica y de "no desaprovechar talentos", insistió Aído.
A día de hoy "sólo uno de cada diez miembros de los miembros de los consejos de administración de las empresas europeas de primer orden son mujeres", recordó la responsable española de Igualdad. La cifra resulta "dolorosa" e "inadmisible", en palabras de varias de las ministras congregadas en Cádiz, que recordaron que el 60% de las personas con titulación universitaria en la Unión Europea son mujeres. "Y concluyen sus estudios con mejores calificaciones que sus compañeros varones", destacó Aído.
Joële Milquet, ministra de Trabajo e Igualdad de Bélgica, país que comparte la presidencia tripartita con España y Hungría, fue más allá: "Es un hecho probado que existe una relación entre la productividad y la presencia femenina". Por ello, pidió a las eurodiputadas que en la actualidad representan el 35% del Parlamento de la UE que fijen "objetivos numéricos concretos" para lograr una mayor presencia femenina en los puestos de decisión de las empresas.
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